QUÉ DIFÍCIL ES TENER EL CONTROL

"Control" es una palabra que ha estado retumbando demasiado en mi cabeza en la última semana, y es que en definitivo a mí me gusta tener el control de muchas cosas; de mi vida y de las situaciones. ¿A quién no? Qué fácil sería llevar con nosotros un control con el que manejemos todo, incluyendo nuestras emociones, actitudes, palabras, pensamientos, actividades, mente y sí, un control para nuestra vida y nuestras decisiones... pero no es así, nosotros no somos máquinas que con dos o tres botones podemos ser controlados. Fuimos diseñados con una delicadeza increíble, somos capaces de sentir, de emocionarnos, de pensar y tomar decisiones.

Y la verdad es que estamos tan acostumbrados a controlar las máquinas con las que diariamente interactuamos; el celular, la televisión, la computadora, etc... que no tener el control de nuestra vida nunca nos sacia. He aprendido que nuestra vida es algo de lo cual no podemos tener el control, porque fuimos creados por algo mayor que nosotros y hasta que nuestra propia imaginación.

Últimamente no la he pasado muy bien y me cuesta mucho trabajo seguir confiando cuando veo que la situación no cabe en mis manos, pero ahí es cuando debo sentirme plena, sí, es difícil pero justo cuando reconozco que no puedo mantener el control de algo porque parece estar demasiado grande, es porque seguro Dios desea que confiemos un poco más en él. Cuando reconocemos vulnerabilidad, Dios obra. Debemos dejar de creer que tenemos las cosas bajo control cuando en realidad solo nos estamos oponiendo a no ser débiles.

Cuando soy débil, entonces soy fuerte.