LA PLATAFORMA
![](https://static.wixstatic.com/media/26b68b_eb8fed1c472c4d5e8581dc0213a6a769~mv2_d_2166_3264_s_2.jpg/v1/fill/w_980,h_1477,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/26b68b_eb8fed1c472c4d5e8581dc0213a6a769~mv2_d_2166_3264_s_2.jpg)
Vivimos en un mundo lleno de plataformas, en una época donde el vivir sobre una plataforma que te eleve a la fama, al éxito o al hacerte reconocido se ha convertido en una necesidad básica principalmente en esta generación joven y por supuesto, la que viene atrás pisándonos los talones.
¿Sabes? Estoy fascinada con encontrar influencias, por influencias no me refiero a gente famosa que hace videos o ese tipo de cosas (no me mal interpretes, hay gente increíble en plataformas digitales que sin duda, debemos aprovechar su contenido), hablo de amigos, familia y gente cercana; hablo de la gente que puedes abrazar, de la que puedes aprender, apoyar, tener una charla... esa gente que te rodea en tu día a día.
He notado un chorro que entre más avanza esta generación, más queremos hacernos notar y comenzamos a adoptar manías y hábitos que muchas veces son muy buenos ¡estoy feliz por adoptar buenos hábitos! Pero... ¿qué cuando anhelas la plataforma de otra persona y comienzas a abandonar tu propio futuro para intentar caminar en el de alguien más?
Creo que en muchas ocasiones nos obsesionamos con la plataforma que tienen otras personas que admiramos; queremos el micrófono, queremos el púlpito, queremos los reflectores, la cantidad de seguidores que tiene alguien más, la esencia, los tenis... ¡LOS BENDITOS TENIS QUE ANDAN DE MODA Y TODOS QUIEREN GASTARSE CIENTOS DE DÓLARES SOLO PARA SER COOL! Te diré algo que ha resonado mucho en mi interior; muchas veces queremos la plataforma de otra persona, sin conocer el proceso y cargas que esa persona ha vivido para llegar a donde está ahora. Me encanta ver el fruto que ese tipo de personas han estado dando porque son un ejemplo, pero me frustra ver una generación embobada con los frutos y no con la raíz.
Sí, los frutos son bonitos y por los frutos los conocemos, pero me emociona más conocer el interior, el cómo fue el proceso para ver ese fruto en el día de hoy, es ahí donde debe radicar la influencia; en el proceso, no en la bendición únicamente. Veo una generación lamentándose porque no puede tener los tenis cool que ve en plataforma porque no tiene el dinero suficiente para comprárselos, ¡VAMOS! Deja de frustrarte por cosas sin sentido; unos tenis, una plataforma o un micrófono no te hace cool; lo que te hace a ti es tu esencia, es correr para multiplicar tus talentos, es correr con la mente de que Dios te ha creado único, que eres amado y perdonado, que tu destino está en el propósito que te dio Dios, no en el propósito de otra persona. Busca influencia en personas ¡claro que sí! Pero no la bases solo en las bendiciones que tiene esa persona porque para tener bendiciones, se necesitan cargas y tú no fuiste diseñado para cargar lo mismo que otra persona, tú fuiste diseñado para cargar con lo que Dios te ha dado y tienes el deber de multiplicarlo. Nunca serás de influencia para alguien más si vives escondido en la sombra de otra persona que admiras. Aprende de ellos, busca tu propósito, vive cerca de ellos, pero no vivas condenado a la frustración de querer ser ellos.
Para serte sincera este año (lo que va del año) me he frustrado un poco precisamente pensando en todas las bendiciones que Dios les ha dado a la gente que me rodea, y claro que me pone feliz ver a la gente que se han vuelto mis amigos hacer grandes cosas, pero ahí iba yo como burra pensando que si hacía lo que ellos hacían iba a lograr lo mismo en el ministerio, principalmente... porque he visto cómo a mucha gente que amo Dios les ha revelado su llamado y a mí el único llamado que creía que tenía era el llamado de mi mamá para comer (broma), pero estaba muy mal enfocada en mi visión; Dios me ha revelado que mi área de crecimiento aun no es precisamente en un ministerio predicando o yendo a una escuela bíblica, es en mi ahora y mi presente; en mi trabajo, en las oportunidades que he tenido de relacionarme con gente que no conoce a Jesús, en eventos en la ciudad conociendo personas de otro contexto y claro, Jesús siempre siendo el centro y a la vez me ha llevado a un crecimiento más íntimo para ser la iglesia. Así que aprendí una cosa: Tú no eres una copia ni tampoco eres un deshecho, tú eres un Hijo/Hija de Dios. Él no te creó para que hagas copy-paste de otra persona, él te creó para vivir una vida irresistible. Nunca se va a tratar de qué tanto vas a seguir a alguien más, sino de qué tanto reflejas a Jesús. Te invito a rodearte de gente mejor que tú, pero para que te impulsen a vivir una vida con propósito, a vivir una vida única, esa vida que Jesús nos regaló en el momento en el que murió y resucitó en esa cruz. Si en verdad quieres llegar a un nivel más grande deja que Jesús nos lleve de su mano.
¿Dónde es tu aquí y ahora?