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GENEROSIDAD EN PANDEMIA (?)


Probablemente la frase "generosidad en pandemia" suena un poco contraproducente o ilógico en lo natural, porque ser generoso en tiempos difíciles cuesta y no cabe en la razón humana... En un mundo "real" cuando se vive una situación tan crítica y complicada como una pandemia que amenaza la salud de los seres humanos y se pone en juego la economía mundial, el ser generoso con los demás, no es la primera opción.


Durante este tiempo de cuarentena he podido ver obrar a Dios de una manera sobrenatural, cien por ciento puedo decir que aprendí (y sigo aprendiendo) a depender de su gracia, de su sabiduría y de su voluntad. Desde el inicio de toda esta situación Dios comenzó a inquietarme respecto a este tema, sinceramente era algo que quería ignorar, porque pues a nadie le conviene ser generoso, menos en tiempos complicado y también porque creía que solo era un pensamiento que se iría, pero no fue así.


El Espíritu Santo me ha retado demasiado en este proceso de vivir con una "nueva normalidad" y realmente, creo que mi nueva normalidad, no solo se basa en usar cubrebocas o seguir medidas de higiene, sino que Dios aprovecha todo lo que hay en nuestro contexto para cambiarnos también en lo espiritual. Hacernos crecer, madurar y retarnos a vivir una vida más en la cultura del reino.


Dios nunca deja de sorprenderme. Cuando decidí obedecer la voz del Espíritu y comenzar a ser generosa en varias áreas de mi vida, no solo en lo monetario, sino en los detalles, en tiempo, en palabras y en vivir una con una mentalidad de compasión por los demás, comencé a experimentar situaciones sobrenaturales en las que Dios me sorprendió, no solo con cosas materiales, sino hasta en los pequeños detalles en la vida diaria.


Vivir una cultura del reino de Dios en la tierra no es fácil, pero el Espíritu promete estar con nosotros y nos ayuda, nos inquieta y nos reta a vivir una vida en abundancia a través de la generosidad de cada uno de nosotros como miembros de su iglesia, como individuos y como sus hijos. Somos nosotros el reflejo del cielo en la tierra para quien lo necesita; para quien está viviendo una situación complicada y de necesidad. Y si eres tú quien está viviendo estos momentos, nunca dudes de la fidelidad de Dios, él cuida de ti, confía en que eres amado, eres su hijo y que siempre está al pendiente de ti.

Debemos vivir una vida con la mentalidad de Jesús. Con una mente que nos permita ir más allá de lo que somos en esta tierra y de nuestras posibilidades económicas. Una mentalidad en la cual podamos visionar con gracia y compasión.


Muchas veces la generosidad no solo tiene que ver con finanzas, sino que puede ser reflejada con palabras de aliento, con un mensaje, con un detalle, con tiempo invertido... para ser generoso no necesitas ser millonario, ni tampoco ser generoso te garantiza tener mucho dinero, porque no va por lo material, va por la satisfacción, la motivación, la actitud y la cultura que representamos. No necesitas ser de una religión o pertenecer a una comunidad para ser generoso, pero si eres parte de una, debes contemplar reflejar la cultura del reino en tu vida y con los que te rodean.


No sé todo sobre generosidad, me falta mucho por aprender y experimentar, sin embargo es algo que el Espíritu Santo ha tratado conmigo en esta temporada y sobre todo que es algo que me alegra la vida porque ser generoso te vuelve más como Jesús. Tú y yo podemos ser el único reflejo de ese Jesús que predicamos en la vida de alguien, nunca pierdas la oportunidad de mostrar ese Dios de amor y gracia hacia con los demás; si algo tengo que recordar todos los días de mi vida es que somos las manos y los pies de Cristo aquí en la tierra y debemos hacer nuestra función como tal. ♥


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