TEMPORADA(S)

¡Hola! Ya tenía mucho que no escribía por aquí... han pasado tantas cosas desde mi último blog que me ha hecho pensar en muchas cosas; una de ellas es en las temporadas que vivimos como individuos. Dentro de las muchas cosas que han pasado están; renuncié a mi trabajo toxico, me fui de viaje, cumplí 26 años, me comprometí y estoy por casarme con mi amorcito, me volví a ir de viaje, viví el concierto de mi banda favorita, otra vez me fui de viaje, terminé mi maestría, pensaba en lo difícil que sería encontrar un trabajo nuevo, reforcé amistades, conocí gente nueva, conseguí un trabajo justo regresando de viaje... bueno esas son solo algunas cosas.

Al ponerme a pensar en lo que estoy viviendo a mis 26 años, recordé cuando era apenas una niña y jugaba con mis Bratz, cuando era adolescente y me preocupaba solo porque mi mamá no me regañara por mi corte "emo" o cuando entré a la universidad sin conocer bien a lo que quería dedicarme, cuando me veía como periodista o me preocupaba el no ser buena en mi materia de diseño gráfico (ay bueno, me sigo preocupando por mi lado creativo en diseño, la verdad)… al pensar en todo esto y en lo que estoy viviendo ahora, mi manera de relacionarme con gente y el conocer más personas me hace sentir orgullosa de mí, porque siempre he sido una persona llena de inseguridades, preocupona que sobre piensa las cosas, que le tiemblan las manos cuando está nerviosa y siente feo el estómago; ahora estoy aquí en una nueva temporada de mi vida.

Veo el recorrido de la vida y estoy agradecida por tener a mis padres, a mi hermana, a mi familia conmigo, por tener una casa que mis padres construyeron con mucho trabajo y sacrificio, veo lo mucho que lucharon por darme una mejor vida a la que ellos tuvieron; educación, servicios, hogar, amor, apoyo... veo que superaron cada temporada de su vida para poder estar en donde hoy están.

Veo amigos disfrutando sus últimos años de universidad o graduándose, otros dedicándose a trabajar, algunos más siendo papás, algunos esperando serlo, planeando su boda, otros amigos disfrutando sus nuevas relaciones, superando alguna prueba difícil, mudándose de casa, de ciudad, construyendo relaciones, otros más que se alejaron, algunos emprendiendo nuevos proyectos, viajando, siendo su propio jefe y mil cosas más.

A lo que voy es que las temporadas en la vida son diferentes para cada uno y son ellas quienes nos permiten forjarnos un futuro y construir el presente a cada segundo, son las que nos determinan nuestro carácter para nuestros próximos retos.

Cuando tenía 18 años nunca pensé en tener la vida que tengo hoy o estar en donde estoy ahorita, pero el atreverme a iniciar una conversación, a afrontar lo venía, a aprovechar las oportunidades que tenía me forjaron para los años venideros y ¡por supuesto!, esta es una constante de la vida; sigo teniendo miedo de hacer algo mal en mi trabajo, me sigo preocupando por cosas que aun no pasan y me sigo poniendo nerviosa en muchos casos e incluso, estoy venciendo mis inseguridades poco a poco, pero también me he dado a la tarea de disfrutar más las temporadas; comer más lento, respirar y percibir olores, saborear la vida, relajar mis hombros, disfrutar el momento de dormir, escuchar los consejos de mis papás, ponerme frente al espejo y decirme a mí misma que puedo hacerlo... y aunque no todo es perfecto, lo mejor que podemos hacer siempre, es aprender de las temporadas.

Quizá no todas las temporadas son llenas de momentos felices al 100%, pero sí son momentos para aprender y dejar que Dios nos moldee para ser la mejor versión de nosotros mismos, construir el presente y caminar decididos hacia el futuro, aun sabiendo que la vida es incierta, poder abrazar la vida. A pesar de la temporada, podemos vivir consientes del momento y de que estamos vivos en el momento correcto; no hay otro momento igual al que estás viviendo ahorita, así que depende del filtro con el que veamos nuestra temporada lo que nos va a llevar a afrontar las que siguen.