PERDIENDO EL ASOMBRO
Expectativa, fe, asombro, increíble... son palabras que comúnmente escuchamos juntas o muy seguido, y es que estamos en una época en la que esperamos mucho de algo, pero cuando ese algo llega, con el paso de los días o de las semanas nos acostumbramos y tal parece ya no ser tan 'increíble' como la primera vez. No te juzgo, yo soy la primera en perder el asombro.
Muchas veces dejamos de valorar lo que tenemos porque se nos vuelve cotidiano; lo que vemos, lo que hacemos, lo que otros hacen por nosotros y la costumbre se convierte en nuestra peor enemiga al bloquear nuestra capacidad de asombro.
Sé que algunas personas que me leerán viven en la playa con majestuosos paisajes, en ciudades turísticas donde hay mucho que ver, infraestructura enorme y fantástica... bien, yo vivo en Juárez, un desierto donde el frío y el calor son extremos, pero donde se aprecian unos atardeceres inigualables. Y me encanta porque es fabuloso disfrutar aunque sea unos minutos de semejante imagen con colores cálidos que se funden en una sola postal. Siempre que veo uno me pongo a pensar en lo asombroso que es que Dios haya depositado en cada uno de nosotros la capacidad de admirar y asombrarnos por las cosas. Pero también vienen pensamientos donde analizo que si esa capacidad está ahí es precisamente para eso, para admirar y valorar cada cosa que tenemos y que él nos brinda; valorar nuestra familia, nuestro hogar, nuestra ciudad, nuestros amigos, nuestra iglesia, nuestra comunidad, nuestros paisajes, viajes, nuestro país y por supuesto, valorar lo que Jesús ha hecho por nosotros.
Siento que regularmente nos acostumbramos a escuchar que Jesús murió por nosotros para limpiar nuestros pecados y que nos regala vida eterna, pero ¿qué onda?, ¿cómo nos podemos acostumbrar a escuchar tan poderoso mensaje? Todos los días fallamos, al menos yo... y cada que fallo me recuerda su sacrificio y su inmenso amor ¿no debería asombrarme por eso?, ¿no debería asombrarme por que dice su palabra que su misericordia es nueva cada mañana? He recibido esta lección.
La costumbre muchas veces nos bloquea de lo asombroso que es Dios y de los grandes planes que él tiene para nosotros porque lo escuchamos seguido, pero el recordártelo no es solo para acostumbrarnos, sino para impactar en nuestro estilo de vida y saber que estamos aquí porque aún hay más, aun hay más de Dios para nuestras vidas, para nuestra familia y sobre todo aún hay más por recibir para que nosotros podamos ir por aquellos que necesitan esperanza.
No perdamos el asombro por lo que Dios hace en nuestra vida y lo que ha hecho a través de Jesús, él tiene el poder de sanarnos, de romper con hábitos por los cuales has estado luchando por años, tiene el poder de derrumbar toda mentira que el enemigo te ha hecho creer, el poder para tirar todo obstáculo; no pierdas el asombro porque tenemos un Dios de imposibles, mi deseo es que tu fe vaya en aumento creyendo en lo que él quiere hacer, no importa si ahorita tu fe es tan pequeña como un grano de mostaza, eso no resulta un problema porque Dios puede hacer grandes cosas con algo tan pequeño, es cuestión de activarla y decidir creer.
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