¿JESÚS ESTÁ DORMIDO EN LA BARCA?

Todos pasamos por momentos difíciles en nuestra vida, siendo vulnerable contigo que estás leyendo esto, debo confesar que los últimos meses no han sido tan buenos, ha habido momentos muy difíciles, como familia hemos atravesado momentos de confusión, duda, incertidumbre, desesperación, enfermedad y sí, nuestra fe parece que va desapareciendo poco a poco. Y es que eso es muy frecuente cuando pasamos por momentos así; donde más requerimos de fe, muchas veces actuamos haciendo todo lo contrario.

Estuve leyendo Mateo 8:23-27:

Jesús subió a la barca y se fue con sus discípulos.

Todavía estaban navegando cuando se desató una tormenta tan fuerte que las olas se metían en la barca.

Mientras tanto, Jesús dormía.

Entonces sus discípulos fueron a despertarlo:

- ¡Señor Jesús, sálvanos porque nos hundimos!

Jesús les dijo:

-¿Por qué están tan asustados? ¡Qué poco confían ustedes en Dios!

Jesús se levantó y les ordenó al viento y a las olas que se calmaran,

y todo quedó muy tranquilo.

Los discípulos preguntaban asombrados:

- ¿Quién es este hombre, que hasta el viento y las olas lo obedecen?

La verdad no dudé mucho en identificarme inmediatamente con los discípulos, en mi completa humanidad tengo miedo. Durante las últimas semanas han venido a mí pensamientos horribles y cada noche y cada mañana lucho con eso, el diablo mentiroso se inmiscuye en mis pensamientos para robarme la paz.

Ha habido noches de oración y ruego al Señor para que traiga paz y completa sanidad en mi familia, pero parece que Jesús está dormido. Me imagino el miedo de los discípulos al ver la poderosa tormenta que azotaba la barca. El agua inundando poco a poco cada centímetro cuadrado de esa barca, el viento arreciando y provocando movimientos bruscos en aquel barquito. Y Jesús, dormido.

Lo imagino porque hay días que así me siento. La tormenta viene a mí y a mi familia, nos está robando la paz, nos está inundando y Jesús parece que está dormido. En una oración desesperada le dije a Jesús que por qué parece que está dormido si estoy gritándole que se despierte y haga algo con su enorme poder, porque lo creo, creo en ese Dios de imposibles.

Luego me di cuenta que solo me estaba enfocando en la primera parte de la historia, hasta donde dice "mientras tanto, Jesús dormía". Y es que leyendo pasando ese texto, encontramos que Jesús sí se levantó, incluso confrontó a sus discípulos cuestionándoles el por qué estaban tan asustados e incluso les llamó hombres de poca fe (RV60).

La verdad es que como mencioné al inicio, a veces en momentos más difíciles es cuando la fe disminuye y, no debe ser así, nuestra fe debe ir en aumento, más en tiempos de tormenta, porque ahí Jesús muestra más su poder ordenando a las aguas y al viento que se calmen. Qué fácil es tener fe en momentos en lo que todo va bien, pero qué difícil es mantenerla cuando todo parece inundarse.

Jesús estaba naturalmente dormido en la barca, pero eso no significaba que no estuviera presente, eso no quita que Jesús es poderoso. He estado meditando mucho estos días y me di cuenta que aun con miedo los discípulos corrieron a despertar a Jesús porque sabían que él los podía salvar.

Amigos, si estamos en la barca con Jesús tenemos que aprender a confiar en el aunque parezca que está dormido. Confiamos que él va en la barca y podemos estar seguros. He aprendido a orar pidiéndole a Dios que aumente mi fe en momentos complicados, saber quién está conmigo en la barca aunque haya tormenta y que lo estará hasta fin de los tiempos.

Cuando mi fe se acaba su amor siempre me abraza y me sostiene, listo para decirme que está conmigo una y otra vez en todo momento. Que en paz y en tormentas él cuida de mí y de mi familia. Podemos tener miedo, porque somos seres humanos, pero no podemos dejar que el miedo nos domine, mucho menos cuando creemos en un Dios poderoso que creó el cielo y las estrellas y que dejó todo para venir a salvarnos porque nos ama. Él es bueno y nunca fallará.

Jesús cuando estaba en la tierra dormía en lo natural, pero a la vez era Dios y en su divinidad y poder ordenó calmar la tormenta. Sigamos navegando con fe.

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