"TEN FE CORAZÓN"
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Durante las últimas semanas no he parado de escuchar el nuevo disco de Bethel Music en Español, cabe destacar que todas las canciones son buenísimas e inspiran a permanecer en relación con el Padre, pero en estos días la canción de "Ten Fe Corazón", me rompió.
Fue como si Dios me hablara directamente al corazón y me dijera "confía en mí, yo no fallo. Puede que para ti tarde tiempo lo que te prometí, pero tu tiempo no se mide como el mío. Ten fe, corazón, sé firme y valiente".
Uuuuuy no, las palabras traspasaron mi corazón porque, como he hablado antes de esto aquí en el blog, es bien difícil la espera. El corazón, la mente y todo el cuerpo humano es desesperado por naturaleza, siempre queremos saber todo y mantener las cosas en control propio, incluso vemos cómo Adán y Eva, cuando pecaron al inicio de la creación, intentaron mantener el control de su error y se cubrieron con hojas de higuera... pero no creo que Dios siendo soberano quiera que dependamos totalmente de nuestras fuerzas, más bien él nos llama a ser fuertes y valientes, a meditar en su palabra y a relacionarnos con el creador del cielo y las estrellas para ser dependientes de aquel que sostiene el universo.
Cuando escucho esta canción, cada línea es un recordatorio de que Dios siempre cumple y nunca falla. Siento que a veces queremos vivir una vida apresurada y manejar todo a nuestro antojo porque creemos que nosotros siempre tenemos la mejor opción, pero cuando lo he intentado, una y otra vez, he fallado.
Yo soy una persona muy, muy, muy desesperada, me estresa que las cosas no se hagan rápido, no avanzar, estancarme, que no me respondan inmediatamente, entre muchas otras cosas, pero Dios ha ido tratando eso conmigo poco a poco en el momento en el que reconocí que es imposible tener el control de todo y más cuando se trata mi vida espiritual.
Muchas veces (la mayoría del tiempo) me siento estancada, siento que no avanzo, que todos están cumpliendo sus sueños, están encontrando un buen trabajo, están teniendo un negocio propio, están en su relación con Dios aparentemente muy bien, se están casando o teniendo una bonita relación... pero yo siento que nomás no doy una. Sí, esto también deriva de que soy una persona que fácilmente se compara con otras, pero otra parte de esto es porque sé que no estoy dependiendo totalmente de Dios y no estoy alineada a su voluntad.
Cuando aprendemos a rendirle a Dios nuestros sueños, nuestras debilidades, nuestras cargas, luchas, batallas, cuando aprendemos a relacionarnos con el Padre y a conocerle, nos daremos cuenta que al igual que quienes están cumpliendo sus sueños ¡somos sus hijos también! Él ya tiene planes buenos para nosotros, pero debemos dejar de estar enfocados en los propósitos de los demás y enfocarnos en los que Dios nos ha dado para cumplir.
¿Qué si todavía no llega? He aprendido a que si aun no llega la promesa, pues prefiero esperar a que llegue en su momento, a seguir intentando en mis fuerzas, cansarme y desanimarme y creer que cuando la promesa de Dios la tenga enfrente de mí, no quererla tomar por miedo a fallar otra vez.
El recordatorio de hoy es lo que Dios me recordó a mí: sé fuerte y valiente, mantente en relación con él; conócele. Conecta tu corazón con el del Padre. La promesa puede tardar en el tiempo natural, pero el final de la historia conocemos; la victoria es nuestra. La promesa se va a cumplir porque él nunca falla. La espera duele, pero vale la pena. Ten fe, corazón. ♥