EL MIEDO QUE ME DETIENE

Cuántas veces no he hecho las cosas por el miedo que me da... muchas veces. Probablemente el miedo ha sido mi peor acompañante en todos los años de mi vida, parece que me acostumbré a él, pero en realidad nunca me ha gustado su compañía. Pensándolo bien, a veces creo que el miedo no es tan malo como parece, si está a mi lado y se aferra a estarlo, quizá... solo quizá, no debe serlo. Siendo honesta, el miedo me ha detenido para hacer muchas cosas, cosas que quiero, cosas buenas, cosas que me llevan a crecer y es por eso que muchas áreas de mi vida aun se encuentran en crecimiento o paradas, sin avanzar, porque el miedo las está bloqueando. Mi mamá siempre me ha dicho que soy una persona muy "aventada", quiere decir que me lanzo a hacer las cosas que quiero o busco lograr, mucha gente me ve así, me ve como alguien que siempre anda buscando experiencias nuevas sin temor a nada, me ven como "muy independiente" o que simplemente no me da miedo atreverme a hacer las cosas. La realidad es que... no es del todo así, qué ganas que todo fuera como lo que la gente ve "bueno en mí". Toda mi vida he batallado con el miedo; miedo a fracasar, miedo a quedarme estancada, miedo a no disfrutar lo que hago, miedo a dejar la comodidad, miedo a nuevos retos, nuevas aventuras, miedo a preguntar, miedo hasta para mandar un mensaje (de esas veces que hasta te duele el estómago y te da náuseas)... miedo incluso a las personas, hasta me da miedo poder tener una relación con alguien, jajajaja ahí el detalle de por qué estoy soltera, ese tema me agobia y aterra bastante. Hasta hace unos años, comencé a vivir una vida en base a la identidad que Dios me dio, pasé por un proceso bastante complicado para poder reconocer mi vida en él y mi relación con él, así que dije "¿por qué si soy hija de Dios, debo vivir con miedo?", no ha sido fácil el camino, pero la verdad es que he aprendido bastante a vivir en fe, que por cierto, no llevo ni la mitad del camino recorrido. El miedo es una reacción natural que se da cuando sentimos peligro y desconfianza, así que comprendí que el miedo no es del todo malo, solo es que no debemos dejarlo que conduzca el timón de nuestra vida, si dejamos que el temor nos gobierne nunca sabremos qué tan alto podemos llegar ni que tan enorme es nuestro propósito aquí en la tierra, no estoy diciendo que el miedo no debe ir en el barco, sí debe estar ahí para prevenirnos, pero no para someterte a vivir bajo angustia, que tu fe y confianza en Dios sea más grande que el miedo que hay en tu interior.

He comenzado a tomar decisiones bajo el filtro de la fe y no bajo la cadena del miedo que me mantuvo atada por mucho tiempo... ¿sabes?, soy una persona demasiado lógica, racional y realista, analizo antes de hacer las cosas, me subestimo, pienso en lo lógico que sería si sumo 2+2 y cosas así, pero también he comprendido que hay cosas que para nada necesitan una lógica humana porque tienen que ver más con el cielo que con la mente. Cuando comencé a tomar decisiones en fe, Dios se ha encargado de sorprenderme cada vez de una manera tan palpable que termino pidiéndole perdón por ser tan egoísta y confiar solo en lo que mis ojos pueden ver. El miedo suele robarnos de vivir una vida de fe, de vivir la plenitud del gozo que podemos tener en Jesús, incluso nos roba de obedecer a Dios en muchos aspectos de la vida, el miedo nos detiene a avanzar en nuestro caminar, yo no quiero una vida con limitaciones cuando Dios nos ofrece un amor ilimitado. Solo te puedo decir que sigo batallando cada que el miedo quiere tomar el control, es una lucha constante el levantarme y decirle que "sorry", pero que él va en la parte de atrás del auto, no en el volante. No estás solo en esto. Es una lucha cada que veo el panorama mal, porque el enemigo me dice que no podré nunca salir de ahí, que mi destino son mis dos pasos hacia atrás de donde estaba y no en el paso de fe que necesito dar para encontrarme con Dios en el segundo paso. El miedo se vence tomando decisiones de fe confiando en Dios, en que aun y cuando las cosas no pasan como tú quieres, su voluntad siempre es agradable y perfecta y sobre todo, nunca olvidar que eres su hijo y nunca te va a dejar porque te ama.

"Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos Abba, Padre". Romanos 8:15