Qué importa si es un día soleado o lluvioso, con nieve o con fuertes vientos en la gran ciudad, el sentimiento de soledad no se va con el clima, no se lo llevan las nubes, ese lo tienes bien clavado en el corazón. Que se siente como estaca, como veneno que carcome los huesos. Que puedes tener cientos de personas al rededor y aun así sentir cómo esa fuerza es más grande que una multitud de personas. Quizá Nohelia necesita que su grano de fe sea más grande que el peso de su problema. Necesita comenzar a vivir en el poder de alguien más grande que su soledad.
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